Pablo es un joven pintor natural de la ciudad manchega de Valdepeñas. Pese a su corta edad, posee ya una importante trayectoria a sus espaldas. Desde pequeño mostró una gran afición y talento natural por la pintura, haciendo sus primeros pinitos con la acuarela y el carboncillo a la temprana edad de cuatro años. A los siete su abuela le regaló su primer juego de témperas y el niño lo tuvo claro: quería ser pintor. Así que poco menos que exigió a sus padres que le matricularan en una escuela de arte, y éstos le enviaron a prepararse con su tío Juan Sevilla, pintor y artista valdepeñero. A los 8 años obtuvo el primer premio del Concurso Nacional de Plástica La Paz, La Solidaridad y La Tolerancia.
Con el tiempo su interés fue creciendo y la formación que podía ofrecerle su tío ya no era suficiente para desarrollar todo su talento, así que a los 12 años ingresó en la Escuela de Artes Plásticas Daniel de Campos, doctor en Bellas Artes, con el que prosiguió su enseñanza hasta los 16 años. De los 17 a los 18 recibió clases del artista Antonio Crespo Foix, con quien perfeccionó su técnica, sobre todo en el ámbito del dibujo.
A los 18 años abandona su ciudad natal para comenzar sus estudios de Derecho en la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM). Su estancia en Ciudad Real le dio la oportunidad de entrar en contacto con otros pintores y artistas. Es en esta etapa cuando exhibe sus obras por primera vez, concretamente, en el Aula Cultural de la UCLM de Ciudad Real, en el marco de la Exposición "Artistas del Campus", tanto en su segunda (2007) como en su tercera edición (2010).
En su último año de carrera, el decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de Ciudad Real encargó a Pablo la realización del cuadro que serviría como regalo para el presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, José María Barreda, por apadrinar a la promoción de licenciados en Derecho, Administración y Dirección de Empresas y Relaciones Laborales del año 2011.
En las obras de Ruiz Sevilla se observa un estilo realista, aunque en ocasiones su pincelada suelta y su técnica más innovadora puede recordar a la escuela impresionista, dejando ver la influencia del reconocido pintor valdepeñero Gregorio Prieto. Cultiva diferentes técnicas, como el óleo, el carboncillo, el lapicero, el conté, el pastel, la acuarela, el grabado o la plumilla, y entre sus obras encontramos preferiblemente retratos, paisajes urbanos y rurales, bodegones, etc.